Esta semana hemos conocido el dato inflación de Estados Unidos de octubre, que repuntó hasta el 2,6% interanual, dos décimas más que en septiembre y en línea con lo esperado por los analistas.
Por su parte, el IPC subyacente, que excluye energía y alimentos, fue del 3,3% interanual, la misma cifra que en septiembre y también ciñéndose a los pronósticos de los expertos.
Esta lectura del dato ha alterado la tendencia desinflacionaria que se venía observando en los últimos meses, pero continúa manteniéndose estable en torno al nivel objetivo.
Por su parte, aunque las expectativas han disminuido, se sigue esperando una bajada más de tipos en la reunión de diciembre de 2024. La economía americana se sigue mostrando sólida, los datos de PIB siguen siendo positivos y la tasa de desempleo sigue sin repuntar.
Sin embargo, nos mantenemos con una política monetaria que sigue siendo restrictiva: pese a los recortes ya aplicados, los tipos oficiales siguen notablemente por encima del 4%. No obstante, tendremos que prestar atención a la posible evolución de la inflación una vez se empiecen a aplicar las políticas de Trump que podrían volver a generar un repunte de esta.