Agosto ha sido un mes negativo para todos los mercados de renta variable a nivel global. Destaca el peor comportamiento de los mercados europeos y emergentes. En renta fija mes mixto, destacando las apreciaciones de los bonos europeos, tanto de alta como de baja calidad. Por otro lado, destaca el mal comportamiento de la renta fija emergente cubierta.
Durante el mes de agosto hemos ido conociendo ciertos datos macroeconómicos (indicadores adelantados PMIs, datos de empleo en EEUU) que, pese a mantenerse sólidos, muestran signos de ligera debilidad propios de la situación económica actual. Sin embargo, a nivel empresas los beneficios continúan aguantando e incluso se observan revisiones al alza de los mismos. Tras un 2022 marcado por las fuertes correcciones tanto de la renta fija como de la renta variable, hemos experimentado en 2023 una recuperación significativa de los mercados, en especial de la renta variable.
Por todo ello, hemos decidido volver a un posicionamiento más cauto en el corto plazo, reduciendo la exposición a renta variable, consolidando una parte de la ganancia actual en favor de los activos monetarios. Estos, debido al nuevo entorno de tipos de la zona euro, ofrecen rentabilidades atractivas al mismo tiempo que actúan como refugio.
De esta manera modificamos nuestro mapa de activos, llevando la exposición a renta variable a infraponderar y los activos monetarios a sobreponderar.
Lea aquí el informe completo del Comité de Inversiones
