El año 2024 será recordado como un año excepcional para los mercados financieros.
La renta variable y fija lograron balances anuales positivos, consolidando un crecimiento robusto y estable mostrado a lo largo del ejercicio. Los principales índices globales, liderados por el S&P 500 (+25%) y el Nasdaq 100 (+30%), alcanzaron ganancias de doble dígito, impulsados principalmente por el sector tecnológico de la mano de las “Siete Magníficas” (Nvidia, Tesla, Meta, Amazon, Alphabet, Apple y Microsoft).
En diciembre, por su parte, los mercados mostraron un comportamiento más cauteloso, reflejaron un ajuste típico de fin de año y arrastrados por las actuaciones de los bancos centrales en este mes y los acontecimientos geopolíticos. La Reserva Federal recortó los tipos de interés por tercera vez consecutiva (25 p.b.), adoptando un enfoque prudente ante la persistencia de riesgos inflacionarios y económicos. Esta decisión generó caídas en la renta variable, un fortalecimiento del dólar y expectativas limitadas de nuevos recortes en 2025. Por su parte, el Banco Central Europeo también redujo los tipos ante una inflación que apunta hacia la estabilidad de precios en el medio plazo.
En este contexto, el Comité de Inversiones ha decidido mantener las carteras sin cambios, considerando que su posicionamiento actual sigue siendo apropiado en un escenario de crecimiento económico positivo, tal como reflejan los indicadores macroeconómicos adelantados.
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