Cerramos un mes muy positivo para los mercados, tanto de renta variable como de renta fija. Los datos de inflación continúan a la baja y los indicadores adelantados se mantienen en terreno positivo, esto junto con el cambio de discurso por parte de los principales bancos centrales respecto a sus políticas monetarias nos hace permanecer optimistas de cara a 2024.
En la parte de renta fija, el movimiento de las curvas de tipos ha sido muy agresivo este mes, lo que ha provocado fuertes revalorizaciones en todos los activos de renta fija, sobre todo en los plazos más largos. Respecto a la renta variable, las expectativas de beneficios empresariales para este año son positivas, con crecimientos esperados cercanos al doble dígito en EE. UU y Europa, por lo que en un escenario normal la renta variable continúa teniendo potencial.
Por tanto, este mes vamos a aprovechar la fuerte revalorización del mercado de bonos, del cual nos beneficiamos gracias a la estrategia de aumento de duración implementada hace dos meses. En consecuencia, hemos decidido reducir la exposición a este activo. Respecto a la renta variable, dado el potencial que este activo aún puede ofrecer, vamos a incrementar nuestra ponderación. En ambos casos, tras la implementación de los cambios, su peso estará próximo a la neutralidad.
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