El 2022 fue un año de continuo reto. En ese ejercicio, los mercados han vivido episodios de elevada volatilidad, sembrada por acontecimientos económico y geopolíticos que han dejado suficientes razones para minar el ánimo de los inversores. Este año es un ejemplo, por apoyarnos en un momento actual, de como una situación de estrés en los mercados puede pasar factura en el comportamiento de los inversores; pero también podemos encontrar otros en la historia reciente, como son la crisis financiera del 2008 o la crisis sanitaria por Covid-19, por citar algunos más. Son ejemplos que ilustran trances en los que la emoción y la razón pueden entablar una fuerte batalla a la hora de tomar decisiones de inversión.
Estos escenarios tan extremos son propicios para el aprendizaje, tal y como puede ocurrir en otras situaciones complicadas de la vida. Se trata de una coyuntura que da pie al inversor para reflexionar sobre su capacidad para soportar la tensión que genera una continua volatilidad o crisis en los mercados y también para comprobar si su estrategia de inversión esta bien planteada, especialmente, si su patrimonio financiero está repartido o gestionado por diferentes entidades financieras.
¿Cuándo debo revisar mi perfil de inversor?
Si seguimos usando como ejemplo la experiencia vivida en 2022 y no solo suposiciones sobre hipotéticas crisis en los mercados, el analizar nuestro comportamiento ante los cambios bruscos de tendencia, ofrece una buena oportunidad para valora cuál es realmente nuestra aversión al riesgo y reajustar el perfil de inversor con nuestro asesor financiero.
Hacer este ejercicio, tras un momento crítico, puede evitar que, en un futuro ante nuevas situaciones de tensión, tomemos decisiones equivocadas que penalicen el rendimiento a largo plazo de nuestras inversiones por no tolerar, emocionalmente, una situación de alta volatilidad.
¿Qué resta rentabilidad a mis inversiones repartidas en distintas entidades?
Momentos de crisis de los mercados invitan, también, a la reflexión sobre cómo están distribuidas nuestras inversiones. Son muchos los inversores que tienen su patrimonio financiero repartido en varias entidades financieras con la convicción de que pueden obtener mejores resultados finales, al aplicar cada una de estas firmas diferentes tipos de gestión, asesoramiento o diversificar la inversión en productos distintos.
Sin embargo, está máxima de mayor rentabilidad por más diversificación entre firma financieras, no siempre se cumple. En la mayoría de los casos, no somos conscientes de ello. En escasas ocasiones comparamos cada una de las carteras de diseñadas por estas entidades para detectar las ineficiencias globales que reducen la rentabilidad y aumentan el riesgo en el conjunto de nuestro patrimonio. Esta comparación se suele limitar a evaluar, por separado, a las entidades para quedarnos con la impresión de cuál es la que ofrece los mejores o peores resultados de manera individual. Sin embargo, se nos olvida que la rentabilidad global del patrimonio es lo importante. Es decir, el todo en lugar de las partes
La difícil tarea de comparar las carteras
Por el contrario, si dedicamos tiempo a confrontar las diferentes carteras es posible que encontremos que están invertidas en fondos de inversión muy parecidos o idénticos (fondos de tendencias, sectoriales,). Incluso, también, en la misma clase de activos (renta fija, renta variable, divisas…). Una distribución que aumenta la concentración en esos activos en su conjunto, con el consecuente riesgo. Estas duplicidades o estructuras poco descorrelacionadas de las carteras, son reflejo de que el patrimonio en su conjunto no está correctamente diversificado. Aquí, es momento de subrayar, que la diversificación es uno de los puntos clave de una inversión eficiente.
¿Cómo valoro la rentabilidad global de mi patrimonio en distintas entidades?
Realizar una análisis comparativo de todas las carteras repartidas entre las distintas entidades que gestionan nuestro patrimonio financiero implica tener tiempo y conocimientos sobre los mercados, productos financieros, coyuntura económica etc… A esto se une, el saber aplicarlos para conseguir dirigir la estrategia hacia nuestros objetivos financieros. Se trata de un trabajo exhaustivo y profesional de monitorización de las inversiones que en escasas ocasiones los propios inversores pueden realizar.
Entidades de asesoramiento financiero y banca privada, como atl Capital, ofrecen a sus clientes el servicio de análisis de posiciones dentro de su gama de servicios de asesoramiento. Con este servicio, la entidad analiza cada una de las carteras y realiza un único informe para que el inversor disponga de un mapa ordenado de sus inversiones. Así, podrá comprobar si existe cohesión en el conjunto global de las inversiones o, por el contrario, detectar sorpresas. Un ejemplo es tener fondos de inversión que han sido recomendados sin tener en cuenta su perfil de inversor, el momento de mercado o activos financieros sin estrategia de inversión definida. O incluso, en el peor de los casos, tener productos en las carteras cuyo único criterio de adquisición ha sido la intensa campaña de marketing de la entidad financiera. Sin embargo, no se identifican con la estrategia para conseguir sus propósitos como inversor.
Análisis y monitorización de las carteras
El servicio de monitorización del patrimonio financiero y análisis de posiciones de las distintas carteras tienen como objetivo ordenar las inversiones para conseguir una cartera global bien estructurada, con equilibrio entre las diferentes partes que la compone para evitar sumar riesgo y reducir rentabilidad que impidan obtener los objetivos financieros planteados.
En atl Capital, le ayudamos a analizar el rendimiento de su patrimonio financiero distribuido en diferentes entidades para conseguir un equilibrio entre las diferentes carteras con el fin de alcanzar los objetivos financieros propuestos.
Autor: Redacción atl Capital